TEMA: BIOÉTICA. Documental de la BBC "Bebés a la medida"
ÉTICA CONTEMPORÁNEA:
JÜRGEN HABERMAS Y LA ÉTICA DIALÓGICA
Varias son las alternativas que se han planteado en torno de la
prolongación de las ideas modernas.
Jürgen Habermas es quien más se
ha dedicado a la tarea de una reconstrucción crítica de la racionalidad
como base de la sociedad democrática y como cumplimiento del ideal emancipatorio
de la modernidad.
Habermas desarrolla su teoría de la acción comunicativa, la cual
constituye una ética del discurso. A
diferencia de los filósofos modernos, él parte de un concepto de racionalidad intersubjetiva
que se expresa mediante los actos del
habla o de comunicación De
este modo sustituye la problemática
moderna que se centra en la conciencia subjetiva, por una reflexión crítica
acerca del lenguaje.
La teoría de la acción comunicativa contiene una crítica trascendental
del lenguaje, o más específicamente de los actos de habla. Su intención principal es la de desarrollar
una pragmática universal de los actos de habla.
Cuando uno de nosotros habla en ese mismo acto se encuentran estructuras
universales que sólo pueden ser puestas de manifiesto críticamente. Así como para hablar un idioma no necesitamos
conocer explícitamente su gramática, tampoco necesitamos conocer los elementos
universales que se encuentran en el acto mismo de hablar. Éstos sólo pueden ser reconocidos mediante
una reflexión posterior.
La idea de Habermas se centra en que, del mismo modo que existen
estructuras sintácticas y gramaticales, también existe una pragmática contenida
en el habla cotidiana. Por lo tanto, al
igual que la sintaxis y la gramática con
tenida en el habla cotidiana. Por lo
tanto, al igual que la sintaxis y la gramática expresan los rasgos universales
presentes en el lenguaje, es posible establecer una pragmática universal de los
actos de habla mediante una crítica trascendental del lenguaje.
Por ejemplo, cada vez que alguien me dice algo, lo escucho suponiendo
que lo que me dice es verdad, más allá de que lo que dice sea verdad o no. La comunicación sólo se hace posible
partiendo de la confianza en tal in tención.
De este modo nos encontramos con un principio supuesto en la
intencionalidad de toda acción comunicativa.
Pensemos cuántas veces nos vemos ante la necesidad de tomar una decisión
conjunta, la cual depende del grado y de la legitimidad de nuestra
comunicación, es decir, de nuestra capacidad de expresar nuestra posición y de comprender la de los otros.
Lo que Habermas propone es que esta teoría de la acción comunicativa nos
permita elaborar el concepto de una comunidad ideal de habla. Sabemos que este ideal de comunicación nunca
podrá ser alcanzado, pero su función es la de corregir nuestros modos de comunicación. Una decisión justa es una decisión fundada en
el consenso alcanzado mediante la
argumentación racional de las posiciones de todos los involucrados.
Pensemos en un grupo que reclama a uno de sus integrantes por su mal
comportamiento esa demanda se podría
expresar en una serie de juicios que podría resultar así:
No colaborar con el grupo durante el campamento es malo
S no colaboró
S se comportó mal.
Como los juicios éticos contienen siempre una valoración, por
ejemplo “S es un mal compañero”, no son verificables en el sentido en que lo
son los juicios científicos, por ejemplo “Todos los metales se dilatan con el
calor”. Los primeros dependerán de la fundamentación de los argumentos que sean
aportados a la discusión para validar el juicio emitido.
Habermas afirma que la validez del juicio ético se obtiene a través del consenso construido mediante la
comunicación producida por argumentos racionales. De este modo descarta la posibilidad de
aceptar como legítimos aquellos consensos limitados a la que opina la
mayoría. La cantidad no da certeza, la
mayoría puede equivocarse. Y propone lo
que él llama consenso dialógico-argumentativo, que tiene características
especiales que deben ser respetadas para asegurar la validez del acuerdo
alcanzado.
-
En
la discusión cada uno de los participantes deberá exponer sus argumentos,
responder a las críticas, argumentar en función de los intereses propios o de
sus grupo
-
Cada
participante, por el solo hecho de entrar en la discusión, reconoce a los otros
hablantes competentes como sujetos de derecho
-
Un
consenso será legítimo y fundamentará una norma moral legítima, cuando se
respetan todas las normas de procedimiento.
Habermas reformula el imperativo categórico kantiano. La razón es dialógica, esto significa que no
puede haber excluidos en la discusión, y que todos los argumentos deberán ser
atendidos. La ética del discurso, como
Habermas llama a esta propuesta que comparte en sus puntos fundamentales con
Kart Otto, Apel, no aspira a delinear el contenido de las normas morales o los
ideales de vida buena, sino a ejercer una función crítica y legitimar o no los
acuerdos políticos, económicos sociales alcanzados dentro de cada comunidad
histórica o entre las naciones. En este
sentido se puede decir que es una ética procedimental o formal. La ética del discurso da pautas para que los
sujetos y los pueblos en su variedad cultural puedan determinar lo que es bueno
para todos sus ciudadanos mediante un debate abierto.
El pensar se desarrolla en el
diálogo. Aprender a pensar es aprender a argumentar y a confrontar con los
argumentos de los otros. Lo más
importante es poder llegar a fundamentar las normas básicas de convivencia
desde esta racionalidad comunicativa, lo cual puede ser entendido como los
fundamentos éticos de una teoría de la comunicación.
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